Cada rescate es una historia de esperanza.
Cuando un perro o gato es rescatado, lo primero que hacemos es llevarlo al veterinario. Recibe atención médica completa y, si su enfermedad es curable, iniciamos su tratamiento. Si no lo es, buscamos que tenga calidad de vida, sin dolor ni sufrimiento.
“Creemos que todos merecen amor, incluso cuando ya no hay cura.”